[PRIMERA ODISEA] El CAMPAMENTO MESTIZO

Año 2000, el nuevo milenio comienza y junto a él, los problemas. Hasta ahora los dioses que regentan el Olimpo han sobrellevado el control del mundo como lo conocemos hasta hoy. Los mortales siguen sin conocer la verdad que los rodea, ya sea oculta por La Niebla, o porque siguen creyendo que todo son mitos o leyendas. Sin embargo, viven rodeados de criaturas exóticas.

Desde dríadas, ninfas ocultas en sus bosques. Pasando por los descendientes de Centimanos, sirviendo en negocios de comida rápida. El mundo que se les oculta, es más profundo de lo que pueden imaginarse. Pero eso no es todo, ya que también existen semidioses. Hijos nacidos de la unión de dioses y humanos, mitad dioses y mitad mortales. A día de hoy siguen existiendo por todas partes, mezclados entre la multitud, o destacando en ella. Pero la gran mayoría de ellos empezaron aquí. En el campamento Mestizo. Lugar donde los semidioses y demás criaturas se han salvaguardado de cualquier peligro por más de tres milenios.

Una nueva generación de semidioses ha llegado al campamento, y pese a que prácticamente han llegado hace un par de días, el adaptarse no ha sido difícil pese a su nueva realidad. Una realidad donde el peligro de muerte está a la orden del día. Y donde los retos, aventuras, hazañas y convertirse en una leyenda es posible por todos.

“El campamento ha permanecido oculto a la vista de miradas amenazantes para los semidioses, sátiros, y ninfas. Siendo un lugar secreto, seguro y bien resguardado. Pero una rebelión se está alzando en las sombras, y han estado investigando para encontrar la ubicación exacta de nuestro campamento. Según conocemos son los cíclopes, criaturas grandes, fuertes y mono-oculares. No sabemos que traman, pero es posible que su camino hacia aquí ya haya comenzado.”

- Quirón, co-director del Campamento Mestizo.

3 de Octubre de 2000
Los sentimientos encontrados tras la muerte de Thalia han afectado en gran medida a todo el campamento, incluso dos muertes más azotaron la tensión y tristeza del campamento del campamento. La gran masa de nuevos héroes semidioses en el campamento mestizo provocó el ataque inmediato, y la organización, del ejército cíclope. Es sabido por todos que estos seres hace milenios atrás ayudaron a los Olímpicos en su lucha contra los Titanes, pero algo había cambiado entre ellos. Un nuevo líder se alzaba entre las filas de estos semi-gigantes. Ahora ya no temían ni a mortales ni a dioses.

16 de Noviembre de 2000
Tras un mes de entrenamiento duro en el campamento ante la tentativa de un ataque cíclope, o incluso una invasión directa, era algo de lo que preocuparse y enfrentarse ahora. Algunos de los dioses se encontraban dando su visto bueno a la concesión de sus habilidades a sus vástagos, incluso algunos de los dioses menores habían sido acreditados para reconocer a sus hijos, permitido vagamente por Zeus.

Empezaban a ser un poco más experimentados y pese a todo, las desgracias de algunos semidioses incautos, eran las desgracias de todo el campamento. Así que por decisión de ambos directores, los capitanes instauraron unas patrullas perimetrales de los semidioses más expertos de cada cabaña y algunos de los nuevos, para darles algo más de experiencia dentro de lo que serían las tareas de protección del campamento.

21 de Diciembre de 2000
Día del festejo del solsticio de invierno. Todo el campamento era una fiesta sin parangón, desde los lugares más alejados dentro del denso bosque del campamento hasta la fogata principal que iluminaba el campamento mestizo, todo era diversión y risas. Pero desde hace un par de días se sospechaban de la llegada de esos nuevos "semidioses". Nadie parecía haberlos visto jamás, incluso ni las hijas de afrodita habían cotilleado sobre ellos. Algo se estaba aconteciendo y no sabían exactamente el qué. Obviamente se tomaron medidas de estudio y vigilancia la noche anterior, para conseguir algo de información sobre ellos. Pero nada funcionó, ni reveló nada que no supieran ya.

Aquella misma noche, después de todo el día de risas, charlas, y juegos... El frío y la guerra se infiltró en el campamento. Annabeth Chase alertó a los semidioses que estaban alrededor de la gran fogata con un mensaje que nadie se esperaba. Los cíclopes habían conseguido entrar dentro de la barrera de Thalia. Pero era sabido por todos que la barrera no permitía el acceso a criaturas con actitudes agresivas hacia los semidioses y demás residentes del campamento, ni a simples mortales. Entonces, antes de aquellos momentos de batalla en mitad de la oscura noche, todos se preguntaron cómo lo habrían conseguido.

22 de Diciembre de 2000
Tras la salida del Sol, tomada como un regalo por los semidioses, se organizaron para reparar, reconstruir y reciclar todos los destrozos que provocó la batalla de la noche anterior. Muchos de los vástagos más novatos sufrieron heridas graves, e inundan ahora la enfermería. Incluso algunos se debaten entre la vida y la muerte por heridas casi mortales. Sin lugar a dudas, fue un día, que nadie olvidará.

Mientras tanto en el Olimpo los dioses deliberaron sobre las actuación de sus vástagos, decantando la mirada sobre aquellos que viven tras la victoria. Desamparando así a todo aquel que ha sido enviado a las profundidades del Hades. Varios dioses están de acuerdo en actuar de inmediato, y ayudarle en su guerra contra esa raza que los ha traicionado. Pero Zeus, rey del Olimpo, se mantiene imparcial. Quedaba prohibido, desde hace tiempo atrás, la interacción directa con sus vástagos y nadie debería mover, ni cielo ni tierra, por defender aquello que abandonó tiempo atrás. Terminando así la reunión, y posiblemente creando tensión entre ellos.

Han pasado dos años tras el último intento de acabar con el Campamento Mestizo por parte de los cíclopes, quienes se infiltraron como campistas aprovechando sus capacidades metamórficas de semi-titanes. Los campistas semidioses lograron derrotar a la gran oleada de cíclopes que ingresar tras la barrera de Thalia, salvando así el campamento por completo de una destrucción casi segura. Hubieron bastantes bajas entre los vástagos de los dioses pero sus muertes no fueron en vano.

Fue entonces cuando la vida en el campamento se sumió en una relativa tranquilidad. Quirón, el señor D y los semidioses continuaron con el arduo entrenamiento que habían adoptado instantes después del primer ataque, pero desde la última oleada, todo acabó.

O eso creían.

Los escuadrones patrullaban día sí, día también las lindes del campamento sin sobrepasar la barrera que el espíritu de Thalia había alzado como protección, pero no había rastro de ningún cíclope en los alrededores como anteriormente ocurría, quienes habían estando al acecho para, en el momento que un semidiós inútil cruzara la barrera, atacar y devorarlo.

La actividad principal del campamento volvió a retomarse: la diversión. Las cabañas de Afrodita y Dionisio, cómo no, fueron las que llevaron en todo momento la voz cantante, las coordinadoras de todos los jaleos que empezaron a montarse.

Pero como usualmente se dice… después de la calma llega la tormenta, ¿o era al revés? Bueno, la cuestión es que, después de la tranquilidad durante muchos meses en el campamento, un nuevo ataque totalmente inesperado sucedió, esta vez, desde el interior de la barrera.

Los gritos de las dríadas se escuchaban cada vez más cercanos, asustadas y entre llantos, con palabras como «¡Fuego!» o «¡Incendio!», pero nada más era comprensible. Solo era necesario fijar la vista en el bosque y ver cómo los árboles estaban en llamas, propagándose rápidamente…

Era cuestión de tiempo de que esto ocurriese.